Filomena nos trajo nieve y muñecos de nieve, fotos espectaculares con nieve y un sinfín de anécdotas sobre la nieve, mucha nieve en definitiva, pero también se llevó cosas. Entra las cosas que se llevó están algunos árboles, ejemplares que quizá no se recuperen. “Habrá que esperar” nos confiesa Rafael Baudet, botánico y agente forestal, vecino del barrio, que lo cuenta preocupado:
“Los daños por el peso de la nieve han sido muy aparatosos pero lo peor no ha sido la nieve, sino la helada. Primero, el peso de la nieve afectó a los árboles que no están adaptados, sobre todo a pinos piñoneros y carrascos, arizónicas y aligustres de China. Son especies de hoja perenne y algunos cayeron enteros, otros solo sus ramas. Hay árboles que se han ido adaptando y tienen copa piramidal y ramas flexibles, pero estos son de clima mediterráneo. En el pinar hubo verdaderos desastres y los que están en el parque de Santa Eugenia, frente al colegio Zazuar, han sufrido mucho. El 80% de los pinos carrascos se vieron afectados. Yo he contado 17 árboles que no se van a recuperar, simplemente porque o bien se troncharon o los tuvieron que cortar, otros han quedado con la copa deformada, pero los brotes de la primavera deberían comenzar a aparecer para ir llenándolos de ramas. En Santa Eugenia hay más de 5 mil árboles, de unas 120 especies, las heladas posteriores sí fueron más fuertes, porque la mayoría no están acostumbrados a soportar 13 grados bajo cero durante más de 24 horas. Hay especies que tienen todas sus hojas secas, los pocos naranjos y limoneros que había tienen sus hojas marchitas. Podríamos perder hasta seis especies: las acacias, la casuarina, los eucaliptos, los brachychitos, los callistemon y las palmeras canarias, estas últimas están muy afectadas, si se han helado sus cogollos centrales, no se recuperarán. Ojalá no suceda porque son espectaculares. Pero todo es una incógnita. Habrá que esperar a la primavera”.