Si algo define a nuestra gente de Vallecas, es la solidaridad. Y en nombre de esa solidaridad, se han llevado a cabo varias iniciativas por y para los vecinos. «Todo comenzó con un grupo de Whatsapp», nos cuenta Mónica Mercado Estrada, de la Red solidaria vecinal villa de Vallekas, quien forma parte de «La Despensa Solidaria», un proyecto que hoy en día alimenta a 40 familias diarias, con ayuda de donativos de vecinos, asociaciones y organizaciones de diversa índole.
Los inicios
“Al principio, comenzamos armando un grupo, junto a ´Vallecanas feministas´, donde yo, que soy maestra, me ofrecí a cuidar a los niños de padres que tuvieran que trabajar”, cuenta Mónica sobre el inicio de toda esta red de apoyo solidario.
“Luego, mucha gente comenzó a pedir alimentos y conseguimos que nos cedieran el local la gente del Contra y a partir de las donaciones de particulares, comenzamos a repartir la comida. Comenzamos con 10 familias, todos los días. No lo hemos dejado ni un día. A las dos semanas se desbordaba la lista de personas que necesitaban comida. Luego el Centro Social La Trinchera nos cedió también un espacio. Comenzamos con 5 familias y luego hemos llegado a 40 familias diariamente, entre las dos despensas, la de Vallecas y la de La Trinchera”, aseguró Mónica.
La solidaridad de todos
Todo este trabajo es el resultado del esfuerzo de varias personas y grupos, tales como “La tienda de la abuela, que es una tienda ecológica, nos está cediendo bastantes verduras, también la huerta de La Colmena, El Rayo también nos ha rellenado varias veces la despensa. La Bolsa Metrera, Fundación Aladina nos ha dado menús y pañales; el personal del Hospital Infanta Leonor ha hecho una recolecta de comida y nos la ha dado, en fin, que son muchos los que nos han estado apoyando”, explica Mónica.
Dentro de la red, además de las despensas, hay varias comisiones que atienden distintas necesidades: “Hemos tenido diferentes comisiones: una comisión que se encarga de llevarle comida a quienes aún no pueden salir de casa. Otra comisión que tenemos es para medicamentos, que vamos al Hospital Infanta Leonor, nos dan medicamentos y los llevamos a las familias que no pueden salir. También tenemos paseo de perritos; un grupo de «hablemos»; un grupo de mascarillas; un grupo para entrega de hidrogel; la comisión de hacer la compra a quienes tampoco pueden salir, comisión de carteles para difundir todo lo que estamos haciendo. Hay un grupo de envío de cartas a personas que están en el hospital y así hemos ido creciendo”, explica Mónica.
En definitiva, se trata de una muestra de que Vallecas es solidaria y su gente se merece lo mejor: una red de apoyo que sea contención en este momento tan difícil para todos.
Seguimos activos
Actualmente, mientras ya estamos en las fases de la desescalada, esta gran red de solidaridad, continúa siendo solidaria con los vecinos, a través de las comisiones de Carga y descarga de mercancía en las despensas, las donaciones de particulares y de ONG´s, la comisión de Recogida de menús en la Escuela de Hostelería de Santa Eugenia y la Comisión de reparto.
Así nos lo ha explicado Mónica, quien siempre está corriendo de un lado a otro haciendo cosas para que esto suceda, igual que sus compañeros.
“Actualmente, poder alimentar a esas 20 familias al día por despensa (Despensa del Kontracorriente y Despensa de La trinchera) es para nosotros muy valioso porque son personas que no tienen ningún otro tipo de asistencia”, nos dice.
“Yo quiero agradecer muy especialmente a los más de 100 voluntarios en cada despensa que hacen posible este trabajo día tras día. También, evidentemente, quiero agradecer a los particulares que hacen la mayor parte de las donaciones que nos permiten seguir adelante, así como los grupos de personas como lo son las “Bolsas metreras”, que dan su donación porque se han organizado entre ellos, los trabajadores, para ayudarnos; también el Rayismo Solidario, los propios jugadores del Rayo Vallecano, que también han sido muy solidarios con todos nosotros. A todos ellos, muchas gracias por hacerlo posible”, apunta Mónica.
Otras de las comisiones que continúan activas a pesar de haber comenzado las fases de la desescalada, son: “Las chicas del cable, que se encargan de recepciones los teléfonos que dejan las familias, más las llamadas urgentes de personas que se encuentren mal, que era el objetivo inicial; la comisión de medicamentos que nos ayuda con los medicamentos que el Hospital Infanta Leonor nos da para las personas que no pueden salir de casa a buscarlos y entonces nosotros se los llevamos; la comisión de Paseo de perros y tener en guarda animales que las personas no puedan tener de forma momentánea. También queremos activar pronto la Recogida de alimentos en los supermercados: 3 o 4 personas que recojan en las puertas de los supermercados, para que los clientes donen, por si caen las donaciones de particulares o empresas, porque esta situación parece que se acaba pero estas familias nos siguen necesitando. También sigue activa la Comisión de crianza: mamás que se han unido y están luchando con mucha fuerza porque son las mujeres las que tienen la mayor carga de la cuidad: se encargan de los niños, van a recoger las comidas a las despensas, buscan las donaciones de farmacias, llevan los grupo de whatsapp y se organizan para seguir adelante con todo esto”, explica.
Ante todo esto que han demostrado los vecinos durante esta crisis sanitaria, hemos querido preguntar a Mónica cuál había sido el mayor aprendizaje. “Lo más importante ha sido el cambio al activismo de las vecinas y que entre todas podremos salir adelante”, nos confesó.
¿Y lo más difícil? “Las dificultades administrativas de la junta y de la Comunidad Autónoma”.
Finalmente, Mónica ha enviado un mensaje a los vecinos: “Esperanza. Ha costado mucho (una pandemia) que nos hayamos juntado tantas personas, cada uno con unas ideas y de lo que significaba para cada uno la solidaridad, poco a poco encausamos esas ideas con el propósito final de no dejarnos caer, cosa que las instituciones no han hecho. Hemos demostrado, por esta vez, que el pueblo sí salva al pueblo”, finalizó.