El presidente de la Asociación de Vecinos de Santa Eugenia La Colmena, Manuel Martínez Garzón, recibió el pasado 7 de septiembre un reconocimiento por parte de la Junta Municipal de Villa de Vallecas en el marco de las Fiestas Patronales de la Virgen de la Torre. “Por sus cincuenta años trabajando por el distrito de Villa de Vallecas”, reza la placa, que ya reposa en la sede de la asociación, ubicada en el Mercado de Santa Eugenia.
Pero Manuel siente que a él sólo le ha tocado recibirla, y que el reconocimiento es verdaderamente para quienes fundaron y echaron a andar a La Colmena durante este medio siglo de vida. “Lo recibí yo, pero son muchos años de trabajo de mucha gente, que han trabajado de manera honesta. Me tocó a mí recogerla, pero pudo haber sido cualquier otra persona”, señala.
A propósito de este emblemático aniversario, de este reconocimiento y de todos los proyectos que hemos visto en los últimos años -y vendrán-, desde la revista de Santa Eugenia conversamos con Manuel. Está orgulloso de su trabajo en la asociación, y así nos lo cuenta.
¿Desde cuándo y por qué vives en Santa Eugenia?
Me vine a vivir al barrio hace unos catorce años. Mi vida profesional la dediqué a la seguridad industrial en refinerías, los últimos años en el Medio Oriente, específicamente en Arabia Saudí. Trabajaba fuera de España y un día visité a un compañero que vivía aquí, y quedé enamorado de los jardines de Santa Eugenia. Venía de un sitio desértico, y aquí abundan los árboles. Entonces decidí buscar casa aquí, y me quedé.
A lo largo de estos años, ¿has conseguido en Santa Eugenia lo que buscabas?
Sí. Es un buen barrio, muy agradable. Los jardines los han hecho los propios vecinos, no sólo pidiendo cosas sino plantándolos ellos mismos. Salvo casos aislados de vandalismo, los vecinos los cuidan, los respetan. Padres, abuelos, niños, todos participan.
¿Cómo fue tu acercamiento a La Colmena?
Al principio no me acerqué porque seguía viajando. Cuando me retiré me traje a mi madre conmigo y durante dos años me dediqué a ella, y cuando ella nos dejó, me acerqué a la asociación porque siempre he estado involucrado en cuestiones sociales. Es una responsabilidad como ciudadano, porque para exigir hay que cumplir. Lo mismo que exijo, tengo que cumplir. Eso fue alrededor del 2015. Estuve un tiempo que participaba en algunas cosas y en el 2018 había que elegir a alguien, y me echaron el muerto a mí (risas).
¿Por dónde comenzaste?
Deformación profesional. Cuando coges una responsabilidad, tienes que cumplirla al máximo. Con honestidad. Eso he hecho estos años. Cuando llegué, la asociación ya tenía muchos años, pero había perdido el local y no tenía la documentación oficial al día, así que comencé por allí, por ponerla al día en el Registro de Asociaciones, en el ayuntamiento y en la Comunidad de Madrid. Fue mucho trabajo burocrático para que pudiéramos tener el certificado electrónico y actuar con las administraciones.
Cuando eso estuvo listo, ¿por dónde seguiste?
Se hicieron más cosas. En estos años conseguimos, aprovechando que había unas obras en el mercado, que nos cedieran un local en el Mercado de Santa Eugenia, allí llevamos desde entonces. Eso nos obligó a hacer un arreglo en los estatutos indicando dónde teníamos la sede. Hay que hacer las cosas dentro de las normas. Tuve que renovar que somos de utilidad pública municipal, que estaba fuera de norma, eso nos permite tener actividades públicas sin necesidad de pagar tasas, e intervenir en la Junta Municipal.
¿Qué actividades sociales se han hecho?
En aquellas fechas ya habían iniciado el Huerta Eugenia. Un huerto precioso que el año pasado se amplió, como un 40% más. Si nos concedieron la ampliación es porque funciona, y muy bien. Hemos hecho actividades con colegios, información sobre las plantas, y esto es importante, porque durante la pandemia se encargaron dos personas, y toda la producción se dedicó a las despensas solidarias de Villa de Vallecas. Fue mucha la cantidad de verdura fresca que aportamos. También participamos de forma activa en la Cabalgata de Reyes, seguimos colaborando con el Colegio Ciudad de Valencia, hacemos el Día del árbol junto Parques y Jardines. Y es tradición que todos los años colaboremos con la Asociación 11-M en la ofrenda floral. Hemos mantenido el Día de la Tortilla y, en los últimos años, organizado conciertos en colaboración con la Escuela de Música de Villa de Vallecas y Madrid.
¿Y en la parte política?
Ha estado siempre para defender los intereses de los vecinos, como la lucha por el acceso al hospital. He participado en varias reuniones, incluso promoviendo una reunión en la Asamblea de Madrid. Por cierto, es muy interesante el método que van a utilizar para hacer el túnel. También con todo el tema de la incineradora, cuando nos trajeron todas las basuras de Alcalá de Henares, estuvimos con otras entidades defendiendo los derechos de los vecinos. Ese es un tema que sigue, porque se quedó en un momento que había que cerrarla, y la contaminación continúa.
¿Qué hay pendiente?
El Ministerio de Obras Públicas, desde el departamento de carreteras, sacó un anteproyecto para ampliar la carretera de Valencia hasta Cuenca. Hicimos nuestras alegaciones a lo que correspondía a Santa Eugenia, tuvimos reuniones en el ministerio, con los representantes de los grupos municipales, pero ese anteproyecto lo mandaron al cajón de dormir, lo cual era lo mejor que podían hacer, pero con fondos europeos había la instalación de pantallas para los ruidos. Eso está pendiente.
¿Hubo alguna vez algún proyecto para las pasarelas que acaban de cerrar?
Nosotros pedimos que se construyera un paso para sustituir las dos pasarelas. Nos adelantamos al cierre. Eso fue en junio. Y para eso tuvimos reuniones con técnicos. Cuando hacemos alegaciones no nos juntamos cuatro, antes hablamos con expertos y con quien corresponda, porque las cosas hay que hacerlas bien y dentro de un orden.
¿Y para el Cerro Almodóvar?
Lo del Cerro Almodóvar y el Bosque Metropolitano fue antes de que empezara la pandemia. Tuvimos una reunión en la Casa de Campo y yo saqué el tema del Cerro Almodóvar. Ellos no tenían ni idea de dónde estaba. Me invitaron a que participara en una serie de reuniones en el Ayuntamiento de Madrid, vinieron técnicos, hicimos propuestas y una encuesta, en la que con otros técnicos la preparamos, y a partir de ahí se declaró como punto cero del Bosque Metropolitano. Porque es un punto con un valor geológico, botánico y cultural importante.
¿En qué proyectos trabaja ahora La Colmena?
Queremos hacer por los cincuenta años una cena de socios, en Navidad, y luego lo que venga para el 2025. Habrá que reunirse y decidir. Hay cosas como mantener la cabalgata, el carnaval, el 11M y otras que tenemos en mente, pero que contaremos más adelante.