En vigor la nueva Ordenanza de Limpieza que persigue la suciedad por botellón, grafitis y abandono de cartón

La nueva Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos, Gestión de Residuos y Economía Circular entró en vigor el pasado 30 de diciembre. El Área de Medio Ambiente y Movilidad, que dirige Borja Carabante, ha modificado esta normativa que data del año 2009 para adaptarla a las necesidades en materia de limpieza y gestión de residuos que han surgido durante la última década, sobre todo frente al auge del comercio electrónico y el abandono del cartón.

El crédito municipal en materia de limpieza y recogida de residuos supone un esfuerzo presupuestario de casi 800 millones de euros anuales, una inversión que debe estar respaldada por las buenas prácticas de los ciudadanos.

Para alcanzar este objetivo y que la ciudad esté más limpia, la nueva normativa persigue de manera especial, elevando el régimen sancionador, prácticas como el abandono de residuos por botellón, que se tipifica por primera vez en la normativa madrileña, el depósito inapropiado de cartón en la vía pública y la realización de grafitis.

Las alegaciones

Uno de los cambios más importantes que se introdujo tras el periodo de información pública fue elevar de infracción leve a grave, con multas de 751 a 1.500 euros, el sobrellenado de los contenedores o sacos de residuos de construcción mediante cualquier medio para superar la capacidad máxima del recipiente (por ejemplo, colocando puertas o tablas en los bordes que permitan elevar la cantidad de residuos).

Otra de las novedades que se incluyeron fue la obligación para los comerciantes de utilizar el servicio de recogida ‘puerta a puerta’ de cartón comercial. Además, deberán doblar y plegar el cartón para la recogida con el objetivo de agilizar su retirada por los servicios municipales. No podrán utilizar los contenedores de la calle, que quedan reservados para el cartón procedente los domicilios, de esta manera se evitará su saturación.

Modernización y ajuste a las necesidades de la ciudad

En materia correctiva, la ordenanza incluye por primera vez la regulación específica para la lucha contra el abandono de residuos por botellón para acabar con esta práctica en la ciudad. Para ello, el régimen sancionador eleva la tipificación de estas infracciones de leves a graves, incrementando el importe de las multas de los 400 euros actuales hasta multas que pueden llegar a los 2.001 euros.

Hasta ahora se equiparaba tirar un residuo menor a la vía pública con dejar grandes residuos como los que generan estos eventos. Por ejemplo, tirar un papel en la calle tenía la misma sanción que dejar en el suelo varias botellas o vasos.

Continuando con la política de tolerancia cero que ha emprendido el actual equipo de Gobierno con los grafitis, a pesar de que las multas por realizar pintadas vandálicas se elevaron en 2020, con la nueva normativa las sanciones por grafitear cualquier superficie de la capital partirán de un importe mínimo de 2.000 euros hasta llegar a los 3.000 euros.

Ahora, la sanción leve por realizar pintadas en mobiliario urbano, muretes, pilares o puertas es de 600 euros.Además, por primera vez, todo grafiti podrá llevar asociada, al margen de la propia sanción, la exigencia de la reparación de los daños. En caso de reincidencia, la normativa autonómica contempla cuantías de 600 a 6.000 euros para las pintadas vandálicas. El Ayuntamiento de Madrid castigará estas infracciones repetitivas con sanciones de entre 4.000 y 6.000 euros.

El depósito de grandes cajas de cartón a los pies de los contenedores, perjudicando la imagen de limpieza, pasa a sancionarse con multas de entre 200 y 2.000 euros.

Horario para el vidrio

La nueva redacción de la ordenanza trae novedades en cuanto a la separación, depósito y recogida de residuos. Una de ellas será la regulación de un horario para deshacerse de los residuos de vidrio en los contenedores instalados en los espacios públicos para tal efecto.

Se podrá arrojar vidrio en el recipiente verde durante 14 horas al día, entre las 8:00 y las 22:30 h, quedando prohibido en las horas nocturnas restantes.

Esta medida se dirige especialmente a los hosteleros con el fin de evitar la contaminación acústica que, especialmente en calles estrechas y en horario de noche, se produce cuando se depositan los residuos de vidrio. Esta regulación redundará en el descanso vecinal.

Recogida ‘puerta a puerta’

La ordenanza establece también que, en las zonas de la ciudad que el Ayuntamiento determine, se efectuará una recogida comercial ‘puerta a puerta’ para determinadas fracciones de residuos en el ámbito comercial, como pueden ser, aparte de los embalajes de cartón, los envases de vidrio.

Ante el auge de los embalajes de cartón, el texto obliga por primera vez a los establecimientos que cuenten con este servicio de recogida ‘puerta a puerta’ a no depositar los residuos de esta índole en los contenedores instalados en la calle que están destinados a los vecinos.

Además, para esta recogida selectiva ‘puerta a puerta’ los comercios no podrán depositar los residuos antes de una hora del paso del vehículo que la realice y el cartón deberá ir doblado y plegado. El incumplimiento de estas obligaciones está tipificado como infracción leve, con una sanción aparejada de hasta 750 euros.

Por primera vez, también se incluye la obligación, en las comunidades de vecinos de más de 100 viviendas y en las que técnicamente sea posible llevarlo a cabo, de disponer de un contenedor para la recogida de aceite vegetal usado que suministrará el Ayuntamiento. Este recipiente deberá permanecer siempre en el interior del recinto privado, desde donde se procederá a su vaciado o sustitución, para lo que el recinto deberá disponer de accesibilidad adecuada para los servicios municipales.

Para los titulares de actividades abiertas al público

La normativa establece que las personas titulares de actividades abiertas al público como bares, cafés, quioscos, puestos de venta y mercadillos, cajeros automáticos, terrazas y similares, así como comercios en general, sean de carácter permanente o temporal, están obligadas a mantener en todo momento en las debidas condiciones de limpieza el dominio público ocupado, incluyendo la limpieza de cualquier mancha o suciedad producida por su actividad.

Durante los dos últimos años ha crecido el número de terrazas instaladas en la vía pública a consecuencia, fundamentalmente, de la pandemia. Para mitigar los posibles efectos negativos de este fenómeno en materia de limpieza, los establecimientos hosteleros que tengan terraza en la calle deberán disponer de un recipiente en cada mesa instalada en el que ellos mismos o sus clientes puedan depositar los residuos de su actividad.

Esta obligación de situar recipientes para depositar residuos de tamaño pequeño se hace extensible a las empresas encargadas de la conservación y explotación de las paradas de autobuses de los transportes públicos de uso general y de las paradas de autobús de los servicios de transporte público colectivo regular de uso general.

Deberán, además, recoger diariamente todos los residuos y basuras, así como realizar la limpieza de cualquier mancha o suciedad producida por su actividad. Infringir estas obligaciones puede acarrear una sanción de hasta 750 euros.

Prohibido colocar publicidad en marquesinas y portales

También se multarán con hasta 750 euros las actuaciones relacionadas con la publicidad que ensucien la ciudad. Como novedad, se prohíbe la colocación o el abandono de folletos, octavillas o cualquier otro material publicitario en marquesinas de autobús, portales o cualquier otro lugar no habilitado para ello.

El texto definitivo mantiene el articulado de la ordenanza de 2009 sobre esta materia, en el que se especifica que queda prohibido desgarrar, arrancar o tirar carteles, pancartas, adhesivos u otros elementos similares que ensucien las vías o espacios públicos.

Asimismo, el reparto domiciliario de publicidad se realizará de forma que no genere suciedad en la vía y espacio público. La publicidad se tendrá que depositar en el interior de los buzones particulares o en aquellos espacios que la vecindad o la comunidad de propietarios del edificio hayan establecido para ello.

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